25 de marzo de 2010

Crear las condiciones que permitan una economía más humana


Trabajar y aprender juntos (TAE por sus siglas en francés) es una asociación creada en el 2002 por el Movimiento ATD Cuarto Mundo Francia con el objetivo de repensar la empresa a partir de los trabajadores que son habitualmente excluidas de ella.

Hoy en día TAE se ha convertido en una pequeña empresa que emplea 20 asalariados que trabajan en tres talleres diferentes: reacondicionamiento de material informático, renovación de apartamentos y limpieza. Algunos de los asalariados han estado mucho tiempo privados de trabajo y todavía luchan hoy en día para permitir vivir dignamente a su familia. Otros han elegido voluntariamente abandonar un tiempo su vida profesional para participar en la construcción de una empresa que sea más solidaria. Todos rechazan que haya personas condenadas a la inutilidad.

Juntos, han puesto en marcha este auténtico laboratorio en el que experimentan otras maneras de concebir el funcionamiento y las relaciones al interior de la empresa. Los equipos funcionan sin responsable ni formador. Reuniones regulares permiten organizar el trabajo, repartirse las tareas y darse objetivos colectivos que respetan el ritmo de cada uno. Los más antiguos en la empresa enseñan a los nuevos y cada uno por turnos puede formarse y enseñar a otros.

En el tiempo de trabajo, equipos de asalariados se reúnen en torno a proyectos comunes con el fin de compartir aficiones y conocimientos no necesarios para la producción pero que permiten conocerse y participar de otra manera al buen funcionamiento de la empresa. Son dos horas por semana que permiten desarrollar proyectos de yoga, jardinería, cocina, excursiones…

En la concepción de TAE, se parte del hecho que un trabajo debe permitir a cada uno ganarse la vida, pero también debe de ser un espacio en el que sentirse bien, formarse, transmitir saberes, crear vínculos con otros, poder sentirse orgulloso de sí mismo...

Estos proyectos cobran un sentido particular en un momento en el que crisis profundas cuestionan los modelos económicos actuales e invitan a atreverse con perspectivas nuevas que permitan crear una economía más humana, capaz de aliar producción de riquezas y utilidad social, sin dejar a nadie al borde del camino.


Toda esta experiencia y búsqueda por hacer del mundo empresarial un lugar que tome en cuanto a todos ha inspirado otros proyectos similares animados por Cuarto Mundo en Senegal, Madagascar y aquí en Guatemala:

- En Senegal, cerca de Dakar, se comenzó a finales del 2008 un proyecto de gallinero comunitario (cría y venta de pollos) que reagrupa unos veinte jóvenes y un proyecto de venta de cereales con 8 mujeres.

- En Antananarivo, los 26 artesanos de TAE Madagascar fabrican y venden objetos creados en sus talleres de carpintería, de corte y confección, de tejido y de bordado. También hay una acción de formación profesional de 60 jóvenes en informática en colaboración con organismos de formación y empresas locales que acogen a los jóvenes en tiempos de prácticas.

- En Guatemala Ciudad, una decena de personas participa, desde el 2009, en un proyecto de creación y venta de objetos de artesanía a partir de materiales reciclados.

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