Cuarto Mundo en el Mundo

MÉXICO

En el camino de la unidad por un mundo sin miseria y exclusión

El Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo tomó la decisión de implantar una sede en la República Mexicana, con la finalidad de conocer y aprender del sufrimiento de las familias atrapadas por la extrema pobreza y los esfuerzos que desarrollaron muchos mexicanos para enfrentar la miseria a través de su historia; así mismo, para difundir y adaptar en este país el mensaje de paz y fraternidad que inspiró la vida, pensamiento, obra y acción del Padre Joseph Wresinski (1917-1988) fundador del Movimiento ATD.

Estar presente en México para el Movimiento ATD tiene una significación especial, éste país a lo largo de su historia siempre buscó la manera de construir una sociedad justa y solidaria. Uno de sus más grandes tesoros es la calidad de las personas que la habitan, siempre dispuestas a compartir y tender su mano fraterna a quienes lo necesitan.

Los voluntarios permanentes Rosario Macedo, mexicana y Marco Aurelio Ugarte, peruano, recibieron la misión de la Delegación General de implantar el Movimiento, ellos se encuentran en el país desde octubre de 2007. Desde el inicio contaron con el apoyo de la Sra. María Francisca Ize-Charrin, mexicana, Ex Directora de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, quien actualmente es la Presidenta de la Asociación Mexicana ATD Cuarto Mundo.

Varias personas, entre ellos jóvenes de distintas profesiones, ocupaciones, credo religioso e ideología, se encuentran en el camino de descubrir la filosofía del Movimiento y asumir compromisos a larga duración. Actualmente, en el marco del programa TAPORI (trabajo con niños de distintas clases sociales) realizan actividades en el Barrio Divisadero al sur de la ciudad del Distrito Federal.

Con el apoyo de aliados e instituciones como La Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la UNAM, Red Global de Acción Juvenil México AC, el Centro de Negocios: Integradora de Procesos Globales S.A. y el Gobierno del Distrito Federal, se viene conmemorando desde 2007, el “Día Mundial del Rechazo a la Miseria” .

MADAGASCAR

Del Basurero al reconocimiento

En Antananarivo, cientos de familias habían encontrado refugio a lo largo de la vía férrea que atraviesa la capital de Madagascar. Los trenes ya no funcionaban desde hacía tiempo, con lo que se toleraba su presencia. En 2002, se tomó la decisión de volver a poner en servicio los trenes. La expulsión de estas familias no tardaría en llegar. Algunas familias fueron acogidas por dos asociaciones que habían construido pueblos en el campo, proponiendo junto al alojamiento, una formación para trabajar la tierra.

Otros, con menos suerte, fueron conducidos en autobuses y camiones a una antigua cantera, a 20 km de la capital. Situados desde entonces lejos de la ciudad y de las posibilidades de ganar dinero, dependerían de la asistencia, pero las promesas ni siquiera fueron cumplidas. Retomaron el camino a la ciudad y se instalaron en un basurero. Se alojaron en modestas “covachas” de plástico, esperando día y noche la llegada de los camiones de basura.

Cuando el equipo de ATD Cuarto Mundo retomó contacto con estas familias, las Bibliotecas de calle semanales devolvieron la sonrisa y el gusto por los libros a los niños. Pero ¿cómo alimentar una familia con lo que llega al basurero, sabiendo que todo ha sido ya revisado antes en los cubos de la ciudad antes de ser recogido por los camiones?

En 2006, gracias a una colaboración con Alcatel (empresa francesa de comunicación), el Movimiento creó una cooperativa llamada MMM (Miasa Mianatra Miaraka), que quiere decir Trabajar y Aprender Juntos como el proyecto TAE (en sus siglas en francés) de Noisy-le-Grand.

Apoyándose en la experiencia de cada uno se ha podido construir esta empresa que respeta a todos. Se han desarrollado varios talleres hasta llegar a 26 artesanos hoy en día: Bordado, tejido, cestería e informática. Una empresa contrató tres jóvenes al finalizar su formación informática.

Al igual que Naval, que trabaja durante la noche en el basurero y viene a la cooperativa por la mañana, otros jóvenes y adultos del basurero dan prueba de mucha perseverancia, felices de ganar algo con lo que vivir, escolarizar a sus hijos, pero sobretodo, ser reconocidos capaces de ser actores de su propio desarrollo.