“DESPUÉS DE LOS TERREMOTOS,
SI ALGO HA QUEDADO DE PIE ES LA EXCLUSIÓN SOCIAL”
Eugen Brand, Delegado general del Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo, ha estado recientemente en Haití donde acompañó a principios de febrero un grupo de voluntarios que viajó al país para reforzar temporalmente el equipo de permanentes en Puerto Príncipe.
P. ¿Cómo es recibida la ayuda internacional?
Eugen: Haití necesita esta ayuda y la gente lo dice. Pero también quieren ser respetados. Por ejemplo, la formación de la policía constituye un proyecto importante para el gobierno. Un país extranjero está de acuerdo para financiarlo, con la condición de poder pagar directamente a los policías. Este tipo de actitud humilla a todo el país. Vimos llegar cantidades enormes de medicamentos caducados desde hace más de 5 años... Que en un primer momento se haya hecho llegar desde el extranjero el arroz, el agua y materiales diversos, era indispensable; pero ahora se trata de invertir prioritariamente en el desarrollo de los recursos del país, apoyándose en la fuerza de la solidaridad e ingenio de los haitianos y en la voluntad del gobierno de descentralizar los servicios de base.
Esta no es realmente la dirección que están tomando las cosas. Un miembro del equipo nos explicaba: “aquí, la gente encuentra soluciones pequeñas día tras día, a pesar de las dificultades y del hecho que el socorro no llega hasta ellos. Se les dice que su manera de apañárselas ralentiza la ayuda, que molestan. El país no puede morir porque la gente sigue en pie, pero una vez más, pagan el precio más alto”. Hemos puesto mucha energía para permitir relaciones entre las familias que viven en los barrios más alejados, los responsables locales y las organizaciones internacionales.
P. Ya se habla mucho menos de Haití en los medios de comunicación...
Eugen: Muchos haitianos piensan sin embargo: “lo peor está delante de nosotros”. Algunos nos han dicho: “escriban lo que vivimos desde el 12 de enero. Si ustedes no lo hacen, ¿quién dará testimonio de lo que realmente estamos intentando construir? Nuestro desafío no es únicamente reconstruir el país respetando las últimas normas anti-sísmicas, sino también reconstruir un país en el que sea posible vivir todos juntos”. Los habitantes y las familias de los barrios donde está comprometido el Movimiento se ven profundamente vinculados a la búsqueda con otros que quiere hacer frente a este desafío. Una militante explicaba: “antes, algunos estábamos sin techo. Hoy en día, todo el mundo se encuentra sin techo. ¿Podemos construir juntos un techo para nuestro país?”. Es alrededor de este desafío que deberían anudarse la ayuda internacional y las fuerzas del país.
SOLIDARIOS A LARGO PLAZO
El equipo de Haití, que fue reforzado por otros voluntarios el 3 de febrero, actualmente trabaja en tres direcciones:
Eugen Brand, Delegado general del Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo, ha estado recientemente en Haití donde acompañó a principios de febrero un grupo de voluntarios que viajó al país para reforzar temporalmente el equipo de permanentes en Puerto Príncipe.
P. ¿Cómo es recibida la ayuda internacional?
Eugen: Haití necesita esta ayuda y la gente lo dice. Pero también quieren ser respetados. Por ejemplo, la formación de la policía constituye un proyecto importante para el gobierno. Un país extranjero está de acuerdo para financiarlo, con la condición de poder pagar directamente a los policías. Este tipo de actitud humilla a todo el país. Vimos llegar cantidades enormes de medicamentos caducados desde hace más de 5 años... Que en un primer momento se haya hecho llegar desde el extranjero el arroz, el agua y materiales diversos, era indispensable; pero ahora se trata de invertir prioritariamente en el desarrollo de los recursos del país, apoyándose en la fuerza de la solidaridad e ingenio de los haitianos y en la voluntad del gobierno de descentralizar los servicios de base.
Esta no es realmente la dirección que están tomando las cosas. Un miembro del equipo nos explicaba: “aquí, la gente encuentra soluciones pequeñas día tras día, a pesar de las dificultades y del hecho que el socorro no llega hasta ellos. Se les dice que su manera de apañárselas ralentiza la ayuda, que molestan. El país no puede morir porque la gente sigue en pie, pero una vez más, pagan el precio más alto”. Hemos puesto mucha energía para permitir relaciones entre las familias que viven en los barrios más alejados, los responsables locales y las organizaciones internacionales.
P. Ya se habla mucho menos de Haití en los medios de comunicación...
Eugen: Muchos haitianos piensan sin embargo: “lo peor está delante de nosotros”. Algunos nos han dicho: “escriban lo que vivimos desde el 12 de enero. Si ustedes no lo hacen, ¿quién dará testimonio de lo que realmente estamos intentando construir? Nuestro desafío no es únicamente reconstruir el país respetando las últimas normas anti-sísmicas, sino también reconstruir un país en el que sea posible vivir todos juntos”. Los habitantes y las familias de los barrios donde está comprometido el Movimiento se ven profundamente vinculados a la búsqueda con otros que quiere hacer frente a este desafío. Una militante explicaba: “antes, algunos estábamos sin techo. Hoy en día, todo el mundo se encuentra sin techo. ¿Podemos construir juntos un techo para nuestro país?”. Es alrededor de este desafío que deberían anudarse la ayuda internacional y las fuerzas del país.
SOLIDARIOS A LARGO PLAZO
El equipo de Haití, que fue reforzado por otros voluntarios el 3 de febrero, actualmente trabaja en tres direcciones:
- La ayuda alimenticia: se quiere conseguir que esta llegue a los barrios más alejados, donde viven las familias más pobres que conocemos.
- La acción cultural con los niños: se ha puesto en marcha una biblioteca de calle con los niños de un campo cercano al barrio donde vive el equipo; otra biblioteca continúa en un centro que acoge niños que viven en la calle.
- Puesta de nuevo en macha del Centro de Salud St.Michel, animado por el Servicio Ecuménico de Ayuda Mutua, ONG haitiana creada conjuntamente con ATD Cuarto Mundo hace varios años, con el objetivo que las familias de los barrios más alejados pudieran acceder a cuidados gratuitos.
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