Punto de Encuentro: Biblioteca de Calle

Por: Linda García

Desde 1968 con la ayuda de dos mujeres en el asentamiento de Noisy Le Grand, al sur de París, el Padre Joseph Wresinki inicia las Bibliotecas de Calle. Hoy las Bibliotecas de Calle se encuentran en muchos países alrededor del mundo, una característica las une: llevan libros a los lugares más excluidos de una ciudad o comunidad rural.

Las bibliotecas de calle fueron creadas para aquellos a quienes la sociedad relega y piensa que lo que necesitan son puramente objetos materiales, olvidándose de lo más importante que es el desarrollo de cada ser humano en todos los ámbitos posibles. El objetivo principal de las bibliotecas es el compartir a través del encuentro entre personas de distintas edades y estratos, crear vínculos entre ellas y en el futuro proponerse juntos otras metas.

En cada biblioteca se descubren niños y niñas deseosos de aprender y descubrir el mundo que les rodea, rechazando así el paradigma de que los más pobres no tienen ganas de aprender y de salir adelante. También están los animadores de biblioteca de calle que comparten su gusto por la lectura y sus habilidades, de todo tipo, con estos niños que a su vez les comparten la realidad de la miseria más viva a través de cada encuentro.

Lejos de querer “enseñar a leer” la biblioteca de calle busca que la lectura se disfrute, que abra una ventana a lo desconocido (otros lugares del mundo, la fantasía, la ficción, la naturaleza…), que se cuenten nuevas historias, que cree arte. Sin embargo, para esto no solo es necesario llevar los libros más bonitos, si no también, crear un espacio de amistad, de paz y de respeto, que es cada vez un reto para niños y animadores.

La biblioteca de calle no es una acción inmediata para acabar con la extrema pobreza, pero sí permite llegar hasta las familias que viven en esta exclusión y que están privadas del acceso a la cultura.

En Guatemala, la biblioteca empezó siendo biblioteca de campo en San Jacinto, Chiquimula. Con el traslado a la capital, ha habido bibliotecas de calle en La Línea, Lomas de Santa Faz, Piedra Santa, hoy solamente en La Arenera. En Escuintla se hacen dos bibliotecas de calle, una en La Línea Férrea y otra en Guatelinda.

TESTIMONIO DE PAOLINA ALBANI

ANIMADORA Y RESPONSABLE DE LA BIBLIOTECA DE CALLE EN LA

ARENERA, GUATEMALA

Allí vienen “los pintores” o “ahí vienen los gringos” son algunas de las frases que los niños de la biblioteca dicen cuando nos miran llegar. La Biblioteca de calle es un espacio donde se promueve la paz y la integración.

Las Bibliotecas de Calle, las inició el Padre Joseph Wresinski, con el objetivo de motivar a los niños a quedarse en la escuela, pues como él decía, era su salvación. Y así llenarlos de confianza sobre sus talentos y habilidades. El padre José, de origen francés, tenía la esperanza de una mejor vida para las familias, convencido de que la miseria podía ser destruida por su mismo creador, nosotros. Pero la biblioteca también permite a los niños, de condiciones de extrema pobreza, el conocer y llenarse de cultura. Todo esto en conjunto para fomentar relaciones duraderas de amistad. Entonces la biblioteca devuelve la dignidad a sus habitantes y al lugar al que pertenecen.

Una vez a la semana personas comprometidas con la causa, donan parte de su tiempo para invitar a los niños y discutir con sus familias. El corazón mismo de biblioteca de calle es el tiempo de lectura. En la misma se incluyen juegos, y manualidades.