Karely Paredes Ochoa, peruana, es voluntaria permanente del Movimiento Cuarto Mundo desde hace más de 6 años aunque conoció el Movimiento en 1997. Actualmente es responsable del equipo de permanentes presente en Escuintla. Vive en Guatemala desde el año 2008. De formación es profesora del nivel primario.
¿Cómo llegaste a Escuintla?
Durante el año 2004 viví una primera experiencia en Escuintla; una de las cosas que más me impactaron de este tiempo fue la realidad de pobreza en la que vivían las familias con las que el Movimiento estaba comprometido. En el año 2007 me propusieron volver por un periodo más largo y es a partir de marzo del año 2008 que vivo en una misión de presencia en este lugar.
¿Cómo explicarías la misión que tienen en Escuintla?
El Movimiento en Escuintla está presente a partir del año 2002 con la idea de tener una mirada de la pobreza no sólo a partir de la capital sino de otros departamentos en el interior.
El tipo de misión que ahora se tiene en Escuintla es una misión de presencia pues vivimos muy próximas al asentamiento de la Línea Férrea. Es una experiencia muy enriquecedora, pues compartimos con estas familias el cotidiano. Todas estas experiencias nos permiten conocer mejor la realidad en la que viven, los esfuerzos que hacen para salir adelante y las dificultades que encuentran en el camino. Este conocimiento es importante para luego transmitirlo a otros que lo desconocen o que no tienen esta oportunidad de vivirlo.
¿Por qué es importante la Biblioteca de Calle?, ¿qué aporta a los niños y familias?, ¿qué les permite a ustedes?
La Biblioteca de Calle es importante porque abre en medio de los asentamientos espacios de encuentro a diferentes niveles, al mismo tiempo se convierte en una herramienta para permitir a personas diversas comprometerse en estos lugares para descubrir la pobreza de manera diferente; durante estos años han participado como animadores estudiantes universitarios junto a jóvenes de los mismos asentamientos en igualdad de condiciones frente a los niños que nos esperan durante los fines de semana.
Para los niños y para las familias este espacio es importante, pues permite a los niños descubrir la cultura a través de los libros con los que llegamos y les permite abrir sus ojos a un mundo que les es negado; también es un espacio donde pueden desarrollar sus habilidades y talentos como Vilma y sus hermanos que han desarrollado una gran capacidad de lectura. A los padres les permite ver las habilidades y capacidades de sus hijos y revalorarlas. Doña Ana nos dice “la Biblioteca de Calle es para que ellos aprendan a desenvolverse, porque uno como madre quiere que sus hijos sean el futuro, quiere lo mejor para ellos”.
A nosotros como Movimiento nos permite sobre todo tejer lazos de amistad con las personas que viven en estos lugares acompañarlas en algunos de sus proyectos y a partir de esto conocer y aprender la lucha que cotidianamente viven estas familias para salir adelante.
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