19 de julio de 2011

PERSONAJE: Vinicio Hernández

Vinicio Hernández es guatemalteco y fue el invitado del último Encuentro en Familia sobre el tema del trabajo. Se dedica a la defensa y protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras desde la Procuraduría de los Derechos Humanos, en donde a través del contacto con la gente busca mecanismos legales para verificar la vigencia, cumplimiento o ausencia de leyes laborales en el país.


¿Qué le ha llamado la atención de este Encuentro en Familia?

La voluntad y disposición tanto de colaboradores y las familias, de identificar sus problemas más sentidos, los cuales tienen que ver con su sobrevivencia y su vida cotidiana. También es interesante la participación de jóvenes voluntarios dispuestos a compartir y aportar su tiempo a las familias. Dar su tiempo a los demás no es precisamente lo que la mayoría de jóvenes están dispuestos a dar pues enfrentamos una sociedad donde el individualismo es el valor predominante es decir la solidaridad como valor humano está en crisis, pues prevalece lo cual el Papa Juan Pablo II llamo sálvense quien pueda. Construir procesos de interacción entre las familias identificando sus problemas comunes es necesario para poder transformar la injusta realidad actual.

Es interesante ver que Cuarto Mundo no es una institución asistencialista, pues el trabajo va dirigido a que las familias se empoderen y sean actores para el cambio.
El trabajo de voluntarios con los niños los cuales van estimulando una cultura de participación es importante en virtud de que la juventud como lo indicáramos es indiferente frente a la injusta realidad que viven las mayorías de personas.

¿Ha aprendido o descubierto algo nuevo con su participación?

La gente conoce sus problemas, el fenómeno de la discriminación en el empleo es real, ya que al comparar el trabajo que realizo, las entrevistas, el relato, coincide totalmente, el encuentro es una reafirmación de los problemas de falta de acceso al empleo, de la discriminación, de la falta de protección al trabajo de las trabajadoras de casa particular, el trabajo infantil, la impunidad laboral, todo se reafirma. Sin embargo también el método de buscar cambiar la imagen permite que entre a lo más profundo de la conciencia para adquirir el compromiso de llevar a la práctica la transformación de esa injusta realidad.

¿Le parece que estos encuentros puedan aportar algo a la sociedad guatemalteca?

Bueno en la medida de que la población identifica sus problemas, asume el compromiso de trabajar para cambiarla la sociedad, en ya que fenómenos como la violencia son una válvula de escape al que muchos se ven obligados asumir sin entender cuáles son las causas y cuáles pueden ser las soluciones colectivas

¿Por qué? Porque al analizar la realidad interpretarla e identificar que esa problemática no solo la tiene una persona o un grupo de personas, sino la mayoría de la sociedad, estimula y lleva a la práctica la solidaridad, para buscar el cambio de manera conjunta y no de manera coyuntural, o momentánea.

Comentarios o sugerencias:

Me sentí en un ambiente de fraternidad, también identificado con la problemática, estuve haciendo lo que hago normalmente escuchar a la gente para poder actuar en la búsqueda de los mecanismos legales para la vigencia de los derechos laborales, también me acerco a reflexionar acerca de los obstáculos que hay para el cumplimiento de las leyes laborales en el país y el tema de la ausencia de políticas de empleo. Durante la actividad estuve recordando los talleres de otros grupos de jóvenes en los que he participado, como lo es Juventud Obrera Cristiana otra organización que reclama también acceso al empleo, no discriminación de género, ni del origen, ni del lugar donde se habita, el reclamo de cese al acoso sexual contra la mujer, la explotación laboral de niños y el necesario reclamo de que se respete la dignidad del trabajador y la trabajadora.

Sugiero combinar la enseñanza con lo que es la presentación de videos sobre la realidad social para comentarlos y cambiar la imagen en la dinámica que implementan, reproducir documentos de valor, como cartillas laborales, derechos de la mujer, derechos de la niñez y hacer planteamientos en base a alianzas al Estado para que se comprometan a garantizar los derechos de las personas.

8 de julio de 2011

LOS NIÑOS EN LA ESCUELA……

Manuel es un niño que vive en un asentamiento de la ciudad capital de Guatemala, mal llamada área marginal. Manuel, no cursó el nivel pre-primario, un nivel necesario para la preparación de habilidades y destrezas académicas. Ingresó directamente a primer año. Como muchos niños pobres que no pasan por esta etapa, le fue muy difícil aprender a leer y escribir. Tuvo que repetir 3 veces primero primaria.

Actualmente tiene doce años, cursa el cuarto año de primaria. Aún con la edad que tiene (que no es la “apropiada” para estar en ese grado) y las dificultades por las que ha tenido que pasar, hoy es un niño con éxito en la escuela. El ha formado parte del refuerzo escolar:

El refuerzo escolar es un espacio que brinda el Movimiento Cuarto Mundo en Guatemala, el cual permite a los niños que se encuentran con dificultades para avanzar en la escuela, alcanzar el nivel de los otros niños dentro del aula, este espacio atiende por lo regular a los más pequeños y fue con ellos que descubrí mi pasión por enseñar a leer y a escribir. Fue acá donde disfruté la satisfacción de escuchar a un niño leer por primera vez.

Hoy por hoy, este programa sigue contribuyendo cada día a mi formación docente.

Sueño porque la formación de las futuras maestras incluya un espacio de conocimiento de la realidad de nuestro país, necesario para que desde este conocimiento nos comprometamos más con la comunidad donde estemos. Esto permitirá que nuestras actitudes hacia los niños sean las más precisas, al conocer las situaciones en las que cada familia se encuentra.

Cada niño tiene algo qué enseñarnos, algo qué aportar a nuestro crecimiento profesional; es por esta razón que deben ser el centro de nuestras acciones como educadores. Una educación de calidad para todos debe ser nuestro compromiso y ésta inicia con reconocer que cada niño tiene formas diferentes de aprender, viene de diferentes ambientes y su situación económica es distinta. Al reconocerlo, será el punto de partida para tomar decisiones trascendentales en la aplicación de métodos de enseñanza.


NUESTRO PAPEL COMO EDUCADORES

Cuando niños y niñas son dejados atrás en la escuela. Las familias buscan que sus hijos sean promovidos, porque el esfuerzo que hacen para inscribirlos y mantenerlos en la escuela es muy grande. Los padres ven que un futuro diferente se avecina, porque sus hijos tienen ahora la suerte de ingresar a la escuela; “el lugar que les dará la oportunidad de tener algo distinto que lo que ellos tuvieron”.

Cuando oigo decir a una madre de familia, lo orgullosa que está porque sus hijos van a la escuela, pienso en mi responsabilidad como maestra, porque ella pone toda su esperanza de vida en la escuela. Nos ven como las personas que van a sacar adelante a sus hijos. Saben que podemos contribuir a que su vida cambie.

La realidad es que muchos de los docentes, no llenamos la expectativa de las familias pobres. Muchos y muchas desconocemos la realidad que viven, los esfuerzos que hacen cada día para sobrevivir y enviar a la escuela a sus hijos, a pesar de las muchas dificultades.

Hay muchas situaciones que los niños más pobres enfrentan. Esas intimidades de las familias, no las conocemos, quizá porque no nos interesa, porque hay tantos niños en el aula, que no da tiempo de platicar con cada uno, etc. Y es este desconocimiento el que se convierte en una barrera en el proceso educativo de cada estudiante. Insistimos en decir que las familias son sucias, que no se interesan por sus hijos, que no los ayudan con la tarea, que cuando hay reuniones no asisten, etc, etc. Detrás de estas aparentes “irresponsabilidades” hay un trasfondo que pasa desapercibido y que coloca en riesgo la permanencia y promoción de los alumnos.

Qué sentido tiene que un niño siga asistiendo a la escuela, cuando las indicaciones de la maestra dicen “que va a perder el año”? Qué sentido tiene que un niño siga avanzando con los ejercicios del libro de lectura, si no sabe qué letra es la que está dibujando? Qué sentido tiene ir a la escuela cuando todos se burlan de él por las condiciones en la que vive y cómo se viste?

La experiencia vivida con Manuel y otros niños me pone ante una realidad: ¿por qué a muchos niños les es difícil aprender a leer y escribir, si cuando los conocemos a fondo, nos damos cuenta que son niños inteligentes y capaces de realizar distintas actividades? ¿Será posible que los maestros pasamos desapercibidos y no descubrimos el potencial de estos niños? ¿Es que su situación como niños pobres los pone en desventaja en el aula? ¿O será que su nivel de alimentación es tan grave que no les permite retener lo que les enseñan?

Muchos niños como Manuel hoy se encuentran en nuestras aulas. Quizá no los hemos detectado! Muchos de ellos siguen, otros ya forman parte de la estadística de deserción.


Desde mi compromiso,
Elda Nohemi García
Aliada.