10 de noviembre de 2009

Editorial Edición 17 de Octubre

La conmemoración de este 17 de Octubre se ha dado en el marco del vigésimo aniversario de la Declaración de los Derechos del Niño. Sin duda alguna se han logrado muchos e importantes avances, pero la tarea sigue siendo ardua y el camino largo.

El Banco Mundial afirmó hace un mes que para finales del año 2010, como consecuencia de la crisis económica, 89 millones de personas pasarán a condiciones de pobreza extrema. Para este mismo año, el Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) ha advertido que mil veinte millones de personas se encontrarán padeciendo de hambre. Tres millones se encuentran en América Latina.

La desigualdad de oportunidades educativas alimenta la pobreza, el hambre y la mortalidad infantil.

Por su parte, el Secretario General de las Naciones Unidas, Señor Ban Kin Moon, en su mensaje para esta importante fecha señala que en este día se reconoce la lucha y las contribuciones cotidianas de las personas que viven en la pobreza y llama a redoblar los esfuerzos para eliminar este flagelo de una vez por todas.

Este es el mundo que nos ha tocado vivir, estos son sus retos, sus desafíos, esta es la tarea que estamos llamados a enfrentar. El compromiso es de todas y todos.

Como nos dice la Delegación General del Movimiento Internacional Cuarto Mundo, acaso ¿escuchamos a los niños y sus familias?, ¿hemos tomado consciencia que son los principales actores que nos pueden decir no solo cómo viven sino cómo enfrentan el mundo y su realidad cotidiana?

Con ocasión del Primer Encuentro Latinoamericano de Niñas y Niños Tapori, celebrado en la ciudad de La Paz (Bolivia) este 17 de octubre, el Presidente Evo Morales se ha referido a los niños como la luz y el futuro de la humanidad. Sea pues esa luz que llevan las niñas y los niños la que nos ilumine para encontrar prontas y acertadas respuestas en medio de esta crisis.

9 de noviembre de 2009

DÍA MUNDIAL DE RECHAZO A LA MISERIA



Este año la conmemoración del 17 de Octubre, inició un día antes con el cambio de la Rosa de la Paz en el Palacio Nacional de la Cultura, en el marco del 20 aniversario de la Convención de los Derechos del Niño. La Rosa fue cambiada por Brenda Montejo, de 10 años de la colonia La Arenera, acompañada por Esvin Aroldo Bosh, de 9 años, del asentamiento La Línea de Escuintla. (En portada)


En el evento Doña Rosa Chay leyó el sentido del día, lo que significa el 17 de Octubre para las familias de Cuarto Mundo:



En Guatemala hay pobreza y pobreza extrema; a veces las personas no tienen que comer, son discriminadas, no tienen con qué comprar medicinas, son humilladas…



Sin embargo el 17 de octubre nos unimos para rechazar todo esto, para rechazar la miseria.



Compartimos entre personas sin importar la clase social, ni la raza, ni el credo, ni el género, para contar lo positivo de las familias más pobres, sus luchas, sus esfuerzos, sus sueños y su futuro.








También en este acto Sergio de 14 años, de la Colonia Lomas de Santa Faz leyó el testimonio de Rodolfo Polanco un niño de El Salvador. Les presentamos un extracto:





solía participar de las bibliotecas de calle pero actualmente ayudo a mi mamá a vender en la tienda, sin embargo siempre al terminar las bibliotecas los chicos vienen a mi casa y realizo la actividad. Ahora que cuido la tienda me siento cansado y triste porque ya no puedo jugar tanto. Pero si yo no lo hiciera mi mamá no pudiera tener muchos ingresos pues en lo que yo vendo en la tienda ella cocina almuerzos, así es que me siento orgulloso ya que soy quien la apoya”.



La maestra de ceremonia, fue la aliada Elda García. También, los niños y niñas de los diferentes lugares en donde estamos presentes compartieron con el público una canción basada en los derechos y obligaciones del niño. Y no podían faltar las palabras del nuevo presidente del Movimiento en Guatemala, Otto Rivera.

Balance de Acuerdo Gubernativo sobre la gratuidad de la educación






Durante la tarde del 17 de octubre llevamos a cabo un Foro diálogo en el paraninfo universitario en el que participaron familias que militan en el Movimiento Cuarto Mundo y que enfrentan la pobreza y pobreza extrema todos los días junto con otros que quisieron acompañarnos.

La herencia más importante que las familias en situación de pobreza extrema pueden dejar a sus hijos es la educación. En la escuela pueden aprender, se pueden superar y tener un mejor trabajo. Una mamá decía: “Lo que yo no sé, que lo aprendan mis hijos” Muchos papas que no tienen dinero, este año han podido inscribir por primera vez a sus hijos. Lo que no se pagó de inscripción ha servido para poner a otros hijos a estudiar o lo hemos podido utilizar para comprar comida, zapatos, algunos útiles, leña, atol, etc. A pesar de la gratuidad, sigue habiendo cosas que mejorar para permitir no sólo que se inscriban los niños, sino para que se mantengan todo el año, ganen el grado y aprendan. Han seguido pidiendo colaboraciones y cuando hay estos cobros es costoso para las familias. Si no podemos pagar, nos humillan, excluyen a nuestros niños o les bajan puntos. Para que no pase esto es importante que se respete la gratuidad todo el año. Por eso y otras dificultades que seguimos encontrando queremos hacer propuestas y recomendaciones que nacen de nuestra experiencia, de la reflexión y del diálogo que llevamos a cabo en este Foro:
kkkk

No queremos que con el cambio de Gobierno se quite la gratuidad y volvamos a las penas de las inscripciones. Proponemos que se lleve a cabo un acuerdo de Estado que asegure la continuidad de la gratuidad.

La violencia en las colonias hace que algunas familias tengan que huir, lo que impide la escolarización normal de nuestros hijos. Necesitamos colonias más seguras. La escuela puede estar segura, pero en la colonia hay inseguridad.

Que todas las escuelas tengan unas condiciones mínimas (material, mobiliario, equipo de limpieza, conserje, espacio suficiente para los niños, persona encargada de la refacción, que haya agua siempre, suficientes maestros, no más de 30 niños por aula...)

Hay que controlar bien lo que cada escuela necesita, ver cómo está, y hacer de este control un buen seguimiento. Donde no se cumple la ley, se tiene que intervenir. Tiene que haber más control por parte del Gobierno. Para esto se pueden potenciar la organización de padres de familia y maestros que aseguren el respeto de la gratuidad y las condiciones mínimas de cada escuela.

Que los útiles lleguen a tiempo, de manera que no suponga un gasto para las familias que se ven obligadas a comprar los útiles por el retraso.

Que los maestros no pidan dinero para actividades recreativas o de otra índole, y sobre todo que no bajen puntos de los alumnos que no van a las excursiones, u otras actividades, pues muchos no van porque las familias no tienen dinero para pagar.

Los niños van a la escuela para estudiar, no para hacer la limpieza. Queremos que avancen y pasen al siguiente grado cuando saben lo que tienen que saber.

Falta calidad en la educación. Hay que promover la capacitación de las y los maestros para que mejoren las formas de enseñanza, que no discriminen a los niños y estén más motivados. A menudo, los alumnos que saben más son puestos adelante y los que saben menos son arrinconados, y son esos los que necesitan de una atención especial. Pero que estas capacitaciones no impidan la presencia de los maestros en las escuelas ni afecte el proceso de educación en las mismas.

Que los niños que están estudiando no tengan que pagar el pasaje para poder llegar a la escuela.

Es importante que se incremente el presupuesto de educación y no que le quiten y lo inviertan en otros proyectos.

Pensamos que es importante crear espacios de diálogo entre los maestros y nosotros, madres y padres, para conocerse mejor, superar las incomprensiones mutuas, que los maestros entiendan mejor lo que vivimos y respeten más a nuestros hijos.

Queremos que la gratuidad se mantenga. Sabemos que hay otros problemas que tenemos que resolver juntos como la violencia, la falta de trabajo, la salud, etc. Pero que estos problemas no hagan que desaparezca la gratuidad. Es el futuro de nuestros hijos lo que está en juego.

Experiencias...

Durante la semana previa al 17 de octubre nos acompañaron varias personas, para preparar el día. Miriam Barrutia, una aliada de El Salvador, nos comparte en esta edición especial su vivencia en este día tan especial:


“Realmente fue una gran experiencia poder trabajar junto al equipo, estar tan cerca de las familias, de los niños, etc. vivir el evento de la Rosa de la Paz me hizo sentir muy especial, desde el momento en que el día inició tenía muchísimas expectativas sobre lo que sucedería y realmente lo que viví fue muy especial. El 17 de Octubre ¡qué día! Sin duda alguna ese día es el que totalmente me ha dejado llena de ganas, fuerzas, compromisos, ideas, etc. Es difícil decir que hubo un momento mejor que otro porque todo fue especial y marcó mi vida de una manera distinta pero el foro fue uno de los momentos que me enseñaron muchas cosas. A veces uno piensa que hace algo bien y resulta que uno actúa pensando por uno y no realmente por las familias, en el caso de la educación gratuita se pensó que se ayudaría a las personas de escasos recursos, pero nunca se estuvo cerca de ellos para saber si era lo mejor, escuchar a las familias decir que en parte era bueno pero en otra no, fue muy interesante porque cada una de sus opiniones me servían a mí en todos los aspectos de mi vida, incluso con mi profesión muchas veces se imponen las cosas y uno no se toma el tiempo de convivir con las personas para ofrecerles realmente una solución, el foro fue sin duda alguna una experiencia única que me ayudó a comprender muchísimo más a las familias y sobre todo a escuchar.



La experiencia que tuve esta semana de octubre reforzó todo mi compromiso y me animó mucho más a poder darle todo mi tiempo a las familias me llenó de mucha energía, de mucha fuerza, de muchas ganas de seguir trabajando el resto de mi vida, cada día que pase en Guatemala dejó muchísimo en mí., el video de los niños lo veo todos los días todavía y se lo muestro a toda persona que puedo, las palabras de el niño que dice que “un mundo sin miseria sería un mundo que está bien dicho” siguen presentes en mi corazón, en cada día que pasa, camino viendo las cosas distintas, escucho mas, observo mas, tengo 10 meses en el movimiento y cada visita a las familias, cada, tapori, cada biblioteca marca y me enseña algo nuevo.”

Tapori




Del 14 al 17 de octubre , en Bolivia se llevó a cabo el Encuentro Latinoamericano de Niños y Niñas Tapori. Niños de distintas partes del continente se reunieron y compartieron sobre el tema "Nuestra felicidad es la felicidad de nuestras familias". Les compartimos fotos del encuentro y la canción que con ocasión del 20 Aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, escribió Cíntia de Carvalhaes.

Para nosotros sin excepciones
Hay derechos y obligaciones
De protegerme y debo proteger
Para desarrollarme y feliz crecer
Dame un nombre y di mi país
Voy a cuidar de mi identidad
Todos los niños somos iguales
Respetando la diversidad
Hay que tener amor y comprensión
Si no tengo familia, especial atención
Soy muy pequeño no puedo defenderme
Socorro y protección, primero por favor
Quiero jugar y mucho divertirme
Yo soy muy joven para trabajar,
Pero dentro de mi casa
Ya sé que siempre puedo ayudar
A nosotros no nos deben explotar
Ni abandonar, tampoco maltratar
Lo que deseo es poder crecer
En un mundo lleno de amistad
Practico paz y la fraternidad
Creo en mi fuerza, cambio una nación
Estudiar es nuestra respuesta
Al derecho a la educación



Pararse a pensar

La miseria no tiene fronteras. En todos los países del mundo encontramos familias excluidas por culpa de la extrema pobreza y las situaciones que genera. Cuando queremos profundizar sobre esta realidad, no podemos limitarnos a nuestro país. Somos una sola humanidad que comparte un solo mundo y lo que pasa aquí, en la ciudad de al lado, en el país vecino o al otro lado del océano, nos afecta, nos interpela, nos cuestiona. Y a partir de ahí, de ese cuestionamiento que traspasa fronteras, podemos encontrar respuestas o caminos para recorrer localmente. Dejémonos hoy introducirnos en esta reflexión "global" de la mano de Eugen Brand, Delegado General del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo.

“Nuestros países van a estar bajo el agua” gritaban estos días algunas familias de Asia obligadas a vivir, desde siempre, en las zonas que primero invade la furiosa subida de las aguas. Tifones, temblores de tierra se llevan aquí las casas, dejando que millones de niños y sus padres tengan que enfrentarse a los elementos con las manos vacías. Y cuando el agua se retira, mientras el barro ciego invade los barrios, los medios de comunicación se vuelven sordos y en las quejas mudas fermenta una violencia causada por la gota que colma un vaso lleno de infelicidad y de injusticia.


“¿Por qué siempre se destrozan nuestras casas, mientras que otros se reservan las zonas protegidas?” “Cuando sea mayor voy a ir a romper sus casas”. Las voces de algunas madres se elevan: “En la cabeza y en el corazón de nuestros hijos queremos que haya otra cosa que rabia”


En esta época sacudida por tanta crisis ecológica, energética, alimentaria, económica, financiera, social, ¿escuchamos a estos niños y a sus padres?


En estos días en los que, a cubierto de leyes ciegas y de fronteras cada vez más infranqueables, la arrogancia de unos deja de lado a otros, sin tener en cuenta sus derechos esenciales, queremos ser, con todos los que defienden la dignidad de cada ser humano, portadores de una historia nueva que una las generaciones, las comunidades y los países. Una historia donde el respeto entre las personas y el respeto a la tierra se alimentarán, por fin, de manera inseparable.


En este año del vigésimo aniversario de la Convención de los Derechos del Niño, son los niños los que nos llevan a un mundo habitado por la confianza. Somos testigos de como, mediante infinidad de gestos concretos, se asocian ya con jóvenes y adultos inventando solidaridades inéditas. Solidaridades que no consisten solamente en conquistar en el mar hectáreas de bienestar para unos, sino en ganar para todos espacios de tierra firme donde se experimenta una convivencia que no quiere dejar a nadie al margen.


No es la amnesia forzada o el silencio sobre las atrocidades sufridas por los mayores lo que podrá liberar a los niños de la rabia y ofrecerles la tierra futura que les pertenece. La tierra firme a la que tienen derecho produce el orgullo de heredar el valor de sus mayores para mantener la cabeza alta frente a las humillaciones y a la falta de todo.


Incluyendo a todas las generaciones, trabajemos por esta cultura de una nueva convivencia donde la memoria y el honor restituidos protejan de la ruptura los lazos familiares y comunitarios.


Cultivemos esta convivencia que impida caer en una soledad que la culpabilidad gangrene.


En esta tierra de futuro para los niños, para todos, cultivemos los campos en los que cada una, cada uno se pueda sentir plenamente miembro de una humanidad que ya no tiene miedo a afrontar las injusticias con las que tiene que acabar.



Eugen Brand


Delegado General Movimiento ATD Cuarto Mundo